Steve Bannon, asesor ideológico de Donald Trump, abandonará este viernes su cargo, según ha confirmado la Casa Blanca a través de un comunicado. Detrás de su salida está la mano del Pentágono y los senadores republicanos.

En la noche del pasado miércoles, cuando comenzó la renegociación del Nafta, Robert Lighthizer se reunió con Donald Trump en la Casa Blanca para darle un panorama de cómo había sido el primer día. En tanto John Melle, negociador jefe, habría ido en paralelo a un encuentro con el jefe de gabinete John Kelly.

Según participantes de la mesa de negociación, el jefe de gabinete no tiene una buena opinión de Lighthizer y cree que un giro desastroso en la renegociación (la salida de México o de Estados Unidos) va a repercutir directamente en cuestiones migratorias y de seguridad.

Por eso el jefe de gabinete prefiere hablar con Melle, a quien ve como un profesional más racional que el representante comercial. Este poder que están ganando los generales en la administración es parte de la explicación para la salida de Bannon de la Casa Blanca.

Pero hay otra explicación. Por su nuevo rol, Kelly ha comenzado a hablar más a menudo con senadores y congresistas. Un día antes de la tragedia de Virgina el diagnóstico que manejaba el equipo del militar es que Trump tiene expectativas muy distintas para sus objetivos a cómo funcionan los tiempos de un gobierno. El presidente está acostumbrado a decisiones en la esfera empresarias que se construyen de modo muy distinto. Y Bannon era parte de ese problema.

El general John Kelly, flamante jefe de Gabinete de Trump.

El estratega jefe se quedó sin aliados muy rápido. Influyentes cabilderos recuerdan que a las dos semanas de la elección los jerarcas del Partido Republicano le hicieron una cena multitudinaria a Bannon. Seis meses después, el recelo con Bannon es absoluto.

En el Senado lo culpan de haberle hecho decir a Trump que Mith MConnell podría perder la coordinación de la bancada sino se aprobaban diversas leyes. Grave error, en una Cámara donde a los senadores no les gusta que el presidente decida las jefaturas de las bancadas. Problema que han tenido todos los mandatarios.

Giros de la política. Kelly llegó al gabinete por expresa recomendación de Bannon que estaba fascinado con los papers del militar sobre seguridad fronteriza. Quien rápidamente secundo esa recomendación fue Michael Flynn. Este ya salió de la Casa Blanca y Bannon hoy viernes terminó por correr una suerte similar. 

Festejo en México

La caída de Bannon despertó euforia en la administración del mexicano Enrique Peña Nieto, que desde la hora cero apostó todo al ala más liberal, globalizadora y racional del gabinete de Trump que hoy representa el general Kelly.

Mexico se encuentra enfrascado en una durísima y compleja regociación del NAFTA que comenzó este miércoles en Washington y Bannor era la fuerza vital que al interior de la Casa Blanca, planteaba las posturas más extremas contra el país azteca, para frenar el drenaje de inversiones y puestos de trabajo que sufre Estados Unidos.

 Hay que recordar que apenas asumido Trump, el presidente Peña Nieto mandó a su cansiller y mano derecha Luis Videgaray a la Casa Blanca y en el momento que este llegaba a Washington, Trump escribía en Twitter a favor del muro fronterizo y su asesora Kellyane Conway organizaba un acto con víctimas de criminales mexicanos en Estados Unidos. 

Detrás de semejante comité de bienvenida, que congelaron la relación desde el inicio, estuvo Steve Bannon, que es el ideólogo del discurso anti-México en el equipo directo del magnate. Por eso, este viernes vivieron casi con ánimo de revancha la caída de Bannon, según pudo confirmar LPO México de fuentes del gobierno de Peña Nieto.

En aquella visita inaugural de Videgaray, el canciller pudo sentir en carne propia el desprecio de Bannon por México, que llegó al borde del maltrato personal. Durante la reunión con los máximos funcionarios de Trump, el asesor entraba y salía de la habitación sin siquiera excusarse. Cuando le preguntaron, a modo de conversación amena, si había visitado alguna de las paradisíacas playas de México, contestó seco no le gustaba vacacionar fuera de Estados Unidos. 

El presidente Peña Nieto y su canciller Videgaray.

Cuartoscuro

Meses antes de esa reunión Breitbar, el portal de Bannon, ligaba a la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto con grupos criminales. Campaña que, por cierto, coordinó Videgaray. Breitbart nunca aportó el menor elemento de prueba.

La enemistad con Videgaray se complementa con el hecho de que Bannon mantenía fuertes enfrentamientos con los dos mejores aliados del canciller mexicano en la Casa Blanca: Jared Kushner y el jefe del consejo económico, Gary Cohn.

Respecto al comercio Bannon alimenta dos líneas discursivas: que México le quita empleos a Estados Unidos y que el gobierno mexicano había desaprovechado el NAFTA porque el país no se había desarrollado como Estados Unidos y Canadá. 

Su salida podría acelerar la renegociación del NAFTA porque existe la creencia de que Bannon buscaba extenderla hasta las elecciones de medio término y presentarla como un triunfo de Trump frente a México.